jueves, 9 de julio de 2015

Cuento de terror para leer con linterna en pijama/ Bogado, Defino, Mihovilcevic y Nizi (3D)

Libro: Misterios Urbanos I      Cuento: "3D"     Editorial: Quipu    Autor: Jose Montero











https://docs.google.com/document/d/1xt6P_Nr6YPCwfJIdAqPqt0AH_i-4FyDYyfushfMzp7k/edit

lunes, 6 de julio de 2015

Cuento de terror para leer con linterna en pijama

Integrantes: Buscaglia, Santomil, Jontade y Lasic


LA NOCHE INFINITA
Cuento: Misterios Urbanos II
Autor: José Montero

https://docs.google.com/document/d/1EcwwqDB4bn0C1arhR70zmLVOe3bkVGul-E09OC1I9pQ/edit?usp=sharing

Cuento de terror para leer con linterna en pijama: El almohadón de plumas, Horacio Quiroga

Integrantes: Escudero Julieta, Gonzalez Lourdes, Pedrol Malena.


https://docs.google.com/document/d/1vsjjvhxlLK6SfUQgySWjZZf06cQMxmxEP4eL6WUJ-LI/edit

domingo, 5 de julio de 2015

Cuentos de Terror para leer con linterna en pijamas

Integrantes: Franco Barraza, Ignacio Charrey, Federico Crespi y Nahuel Urriza
EL COSO EN EL FONDO DEL POZO
Autor: Stephen King

Oglethorpe Crater era un niño horrible y miserable. Adoraba atormentar a perros y gatos, arrancarles las alas a las moscas, y observar cómo se retorcían los gusanos mientras los estiraba lentamente. (Esto dejó de ser divertido cuando se enteró de que los gusanos no sienten dolor.)
Pero su padre, que era tonto como él solo, no advertía ni sus rarezas ni sus demostraciones de sadismo. Un buen día, cuando Oglethorpe y su papá regresaron a casa desde el cine, el cocinero abrió de un portazo, presa de un ataque de nervios.
— ¡Ese niño espantoso atravesó una soga en los escalones del sótano, así que cuando bajé a buscar patatas me caí y casi me mato! —gritó.
— ¡No le creas! ¡No le creas! ¡Él me odia! —lloró Oglethorpe con las lágrimas saltándole de los ojos. Y el pobrecito Oglethorpe comenzó a sollozar como si le hubieran roto su pequeño corazón.
Papá despidió al cocinero.
Entonces, un día, mientras se encontraba en el campo de un señor buscando más cosas a las que poder torturar, Oglethorpe descubrió un pozo profundo y oscuro. Gritó, creyendo que escucharía un eco.
— ¡Hola!
Pero una suave voz le respondió:
— Hola, Oglethorpe.
Oglethorpe miró hacia abajo pero no pudo ver nada.
— ¿Quién eres? —preguntó Oglethorpe.
— Ven, baja —le dijo la voz—, y nos divertiremos mucho.
El dueño del campo le gritó —No saltes te puede ocurrir una maldición—
De modo que Oglethorpe bajó.
Oglethorpe se teletransporta a una habitación a oscuras y se encuentra muy shockeado por lo sucedido, al darse vuelta siente que alguien le toma la pierna hasta que es arrastrado con todas sus fuerzas contra el piso.

Cuando Oglethorpe es arrastrado por la habitación, aparece en una silla atado frente al dueño del jardín que le advirtió que no se tire al pozo, éste, enojado porque el niño le había desobedecido y por todas las maldades que sabía que él hacía a personas y animales decidió castigarlo de por vida con un hechizo que lo obligaba a quedarse en el pozo y atraer a los niños que eran malvados como él y castigarlos.


Final original


El día transcurrió y Oglethorpe no regresó. Su papá llamó a la policía y se organizó una batida de rescate. Durante algo más de un mes buscaron al pequeño y adorado Oglethorpe. Justo cuando estaban a punto de rendirse encontraron a Oglethorpe en un pozo, y bien muerto.
¡Y vaya manera de morir!
Tenía los brazos arrancados, de la forma en que lo hacen las personas cuando les arrancan las alas a las moscas. Le habían clavado alfileres en los ojos y mostraba otras torturas demasiado horribles de describir.

Cuando envolvieron su cuerpo (o lo que quedaba de él) y se marcharon, realmente les pareció escuchar una risa proveniente del fondo del pozo.

Guion


Oglethorpe Crater: Federico Crespi
Padre de Oglerthorpe y Hombre del pozo: Nahuel Urriza
Cocinero: Ignacio Charrey
Jardinero: Franco Barraza


*Cuando Oglethorpe y su papá regresaron a casa desde el cine.*
Padre de Oglethorpe: -¿Y Oglethorpe te gustó la película?
Oglethorpe: -¡No!
Padre de Oglethorpe: -¿Por qué?
Oglethorpe: -Porque no.
Cocinero: -Ese niño maldito me atravesó una soga cuando estaba bajando las escaleras del sótano y cuando fui a buscar papas me caí y casi me mato.
Oglerthorpe: — ¡No le creas! ¡No le creas! ¡Él me odia!
Padre de Oglerthorpe: -Estás despedido.


*Oglerthorpe en el campo*
Oglerthorpe: -¿Hola?- Le gritaba al pozo creyendo que escucharía un eco.
Hombre del pozo: -Hola Oglerthorpe.
Oglerthorpe: -¿Quien eres?
Hombre del pozo: -Ven baja y nos divertiremos mucho.

Jardinero: -¡No saltes te puede ocurrir una maldición!- Se dirige a Oglerthorpe.


Cuentos de terror para leer en pijama con linterna


Cuento: La muñeca de porcelana
Integrantes: Vello, Signorelli, Rey y Rufino.

Guion: ( https://docs.google.com/document/d/1iED-3mvvACKZxPciYxyzCxVA5j4avYGnBslQjcA4lkg/edit )

*Venta de garage*
-Madre: (hablando por teléfono con su esposo) Bruno te dije mil veces que tenes que venir a casa ahora, dale por favor.
-Vendedora: Chicas, venta de garage, todo $70.
-Madre: (hablando por teléfono con su esposo) Bueno hace lo que quieras, chau.
-Pilar: MAMI, MAMA, MAMA, MAMA
-Madre: ¿Qué pasa?
-Pilar: Me compras esa muñeca?
-Madre: Venimos mañana, muchas gracias.
-Vendedora: No, de nada.

*cena familiar*
-Madre: ¿Estaban ricos los fideos, querido?
-Padre: Si, la verdad que si.
-Padre: Pilar, ya es tarde, tienes que irte a dormir.
-Pilar: ¿Ya?
-Padre: Ya.
-Pilar: No quiero, no tengo sueño.
-Madre: Hazle caso a tu madre.

*hija en su habitación*
-Muñeca: Uno, dos, tres escalones.
-Pilar: Mama, mama, ayuda.
-Muñeca: Cuatro, cinco, seis escalones.
-Pilar: *gritos*
-Madre: Tranquila Pilar, no hay nada, seguí durmiendo.
-Padre: ¡Qué pendeja!
-Madre: Es muy chiquita, se habrá quedado mal porque hoy no le compre esa muñeca.
-Padre: Es una muñeca ¿Qué tanto?
-Muñeca: Siete, ocho, nueve, diez, estoy en el pasillo
Hija: *gritos*

*más tarde*
-Madre: ¡Pilar! ¡Pilar!

Historia: ( https://docs.google.com/document/d/1iQU5GkqCr4OseN7lh7LOcSCmYzhWr8koMQHbcAfxPVs/edit )

¡Mamá, quiero esa muñeca!" Dijo la pequeña Pilar totalmente nerviosa por tener una nueva muñeca. "Volveremos mañana para comprarla, ¿vale? pero recuérdamelo, Pilar" le contestó su madre en la misma tienda de antigüedades.
Pilar tenía sólo siete años y medio, pero ella podía tener todo lo que le gustaba gracias a su mirada de pena que les ponía a sus padres. Esa misma noche, la pequeña tuvo dificultades para dormirse ya que sólo pensaba en su futura nueva muñeca. Incluso si tenía un brazo menos, era la muñeca de porcelana más bonita que había visto nunca. Ella tenía muchas, pero esa iba a ser la más bonita de su colección.
A la mañana siguiente, Pilar desayunó viendo sus dibujos favoritos, como cada mañana. Había soñado tanto con su muñeca que tenía sueño, estaba cansada y ya no quería esa muñeca. Ya no le gustaba. Así que pasó el día enjugascada con otras cosas y no le recordó a su madre que tenían que ir a por la muñeca, porque ya no la deseaba.
Llegó la noche y Pilar fue a acostarse al piso de arriba. Ella tenía miedo de estar arriba sola, así que su madre subía con ella y se ponía en la habitación de al lado a coser. Una media hora más tarde de haberse acostado, una voz aguda despertó a la niña susurrándole al oído: "Subo 1, 2, 3 escalones..." La pequeña Pilar gritó asustada llamando a su madre: "Mamá, hay alguien en la escalera que hace ruido" Su madre la tranquilizó diciendo que no había nada en absoluto. En cuanto la madre abandonó la habitación, Pilar volvió a oír ese susurro que le dijo "Subo 4, 5, 6 escalones..." De nuevo Pilar llamó a su madre. Su madre le volvió a contestar que se tranquilizara, que sería el ruido del frigorífico.
Pero la pequeña voz continuó subiendo las escaleras: "Subo 7, 8, 9, 10 escalones y ya estoy en el pasillo", repitió la pequeña voz con una risa sarcástica.

Final original:
A la mañana siguiente, la madre de Pilar se sorprendió de despertarse antes de ella. Pero pensó en las dificultades que había tenido para dormirse y pensó que estaría cansada. Pero transcurrida una hora le pareció raro que aún no se hubiera despertado, por lo que subió a ver cómo estaba su hija. La madre gritó con terror viendo a su hija ahogada en su propia sangre y apuñalada más de 17 veces, con el brazo arrancado y viendo a esa pequeña y adorable muñeca de la tienda de antigüedades con el brazo de su hija como sustituto del suyo.

Nuevo final:
A la mañana siguiente, la madre de Pilar se despertó más temprano que ella y le resultaba raro que su hija todavía no se haya despertado. Cuando va a su pieza, lo primero que ve es un cartel en la pared escrito con, al parecer, sangre de su hija, diciendo “Volveré por ti, mamá”. Luego al acercarse a la cama estaba esa maldita muñeca que habían visto el día anterior en la juguetería con los ojos endemoniados. La madre de Pilar gritó y lloró.

Cuentos de terror para leer en pijama

Edición Original
Lucero Hernández era una chica, que le encantaba hacer bromas pesadas a todos los conocidos y amigos, burlándose constantemente de las personas que eran agredidas con sus constantes chistes.
Eran ya años los que todos los amigos habían aguantado de la gran “Lucy” como le decían a la bromista, y decidieron que ya era hora de que pagara ahora ella, todas las que debía, juntas, para lo cual, se reunieron todas las víctimas, para organizar un viaje a una cabaña, en la cual se llevaría a cabo la broma vengativa.
Una broma para Lucy, que se convirtió en un cuento de terror, fue lo que paso, en cuanto llegaron al bosque, se empezaron a maquinar la broma para Lucy, cuando llegaron al campamento, le dieron de beber una droga para que se quedara dormida, lo que Lucy vio cuando despertó, fue toda una masacre, todos estaban con sangre, y cortes. No sabía que pasaba, ¿qué había sucedido? se preguntaba constantemente, de repente vio a una persona con un machete afuera de la casa, a lo que pensó que sería la siguiente en quedar en el lugar. Llorando constantemente, y corriendo sin parar, al voltear hacia atrás vio a todos los amigos, en el pórtico de la cabaña, quedándose viendo a ella, pensaba que todo era una pesadilla, pero tenía que correr, sentía que el asesino estaba detrás de ella. Cuando iba corriendo, un tropezón, hizo que cayera a la tierra, y lo último que vio, fue la sombra del asesino a punto de matarla, lo que le provoco un ataque cardíaco, quedando muerta en el acto.
Después de esto, todos estaban atónitos, que la broma pesada, hubiera tenido nefastas consecuencias,  Nadie fue enjuiciado por los hechos, ya que no dieron parte a las autoridades de todo lo acontecido, dejando la muerte de la mujer, sin justicia.

Edición Editada                                                     
Lucero Hernández era una chica, que le encantaba hacer bromas pesadas a todos los conocidos y amigos, burlándose constantemente de las personas que eran agredidas con sus constantes chistes.
Eran ya años los que todos los amigos habían aguantado de la gran “Lucy” como le decían a la bromista, y decidieron que ya era hora de que pagara ahora ella, todas las que debía, juntas, para lo cual, se reunieron todas las víctimas, para organizar un viaje a una cabaña, en la cual se llevaría a cabo la broma vengativa.
Una broma para Lucy, que se convirtió en un cuento de terror, fue lo que paso, en cuanto llegaron al bosque, se empezaron a maquinar la broma para Lucy, cuando llegaron al campamento, le dieron de beber una droga para que se quedara dormida, lo que Lucy vio cuando despertó, fue toda una masacre, todos estaban con sangre, y cortes. No sabía que pasaba, ¿qué había sucedido? se preguntaba constantemente. En cuanto Lucero visualizo a sus amigas muertas se sorprendió. Estas le dijeron que todo había sido una broma, que estaban cansadas de las suyas. Lucy estaba en shock. La había visto muertas, tenían que estar muertas. Cada vez se acercaban más a ella, a cada paso tenía más miedo. Agarro un cuchillo que encontró y mato a las supuestas almas muertas.
Se quedó llorando, asustada. No podía creer que estaba pasando esto. Horas más tarde se escucharon sirenas, era la policía. Un vecino había escuchado gritos y llamo al 911. Lucy, desesperada, trataba de darles a entender que los muertos estaban buscando su alma, que venían tras ella, pero nadie le creyó. Fue internada en un psiquiátrico. Esa broma la había vuelto loca, extremos de locura nunca antes vistos, estudiados por los mejores psiquiatras del país. No había caso, Lucy seguía viendo a aquellos espíritus malignos que la perseguían.

 Guion:
Mientras dos de las amigas de Lucy estaban  usando sus celulares, les aparece Lucy, quien les juega una broma haciéndose pasar por una chica que venía a matarlas. Ambas chicas gritaron a más no poder.
Abril se estaba bañando muy tranquila, y al momento de buscar su toalla para secarse la ve toda ensangrentada. Distinguió a su amiga Lucy, como creadora de esta broma.
Por último, otra de las chicas se estaba por lavar la cara luego de haber tenido una pesadilla, cuando levanta su rostro, lo primero que ve en el espejo es una persona con una máscara horrorosa. Esa persona era Lucy, quien luego se rio de la expresión de su amiga.
Tiempo después, las víctimas de las bromas habían decidido juntarse sin razón alguna. La última que había sufrido una de sus juegos, Micaela precisamente, llego indignada por todo lo que Lucy estaba ocasionando.
Abril: -¿Qué paso?
Micaela: - Otra vez Lucy. Estoy harta.
Julieta: -Para mí tendríamos que hacer algo –Todas comienzan a idear un plan-
Camila: -¿Están pensando lo mismo que yo?

Días más tarde

Las cinco amigas habían decidido juntarse para poner su plan en acción, asustar a Lucy. Micaela fue a buscar las bebidas de sus amigas, en la de Lucy vierte una droga.
Micaela: Lucy este de ananá es tuyo
Lucy ingiere la droga y cae desmayada al suelo. Al despertar ve la masacre planeada por sus amigas. Todas habían fingido su muerte, pero jamás creyeron que iba a ser el peor plan de sus vidas.

Integrantes: Lucila Emlek, Micaela Mihovilcevic, Abril Nogues, Julieta Otero y Camila Sciglitano.

NOCHE DE TERROR PARA LEER EN PIJAMA CON LINTERNA

Integrantes:


Liotto Daniela
Mondin Agostina
Rodriguez Velo Josefina
Soglia Carolina

                                               "EL CORAZÓN DELATOR" 
                                    EDGARD ALLAN POE.       






Cuentos de Terror para leer con linterna en pijama



Cuento: “El Juego de la Copa”.
Integrantes: Guadalupe Calleri, Micaela Nistal, Candela Olguin y Camila Valensise.
                               
                                  EL JUEGO DE LA COPA
La noche era fría y nosotras nos habíamos reunido en el departamento de Francesca para tomar unos tragos. Estaba en el cuarto piso y el viento hacía vibrar con fuerza los ventanales. Josefina se acercó a los vidrios y miró hacia fuera, hacia la ciudad iluminada y dormida.
-¿Saben qué?- dijo, entrecerrando los ojos porque estaba algo borracha-. Creo que esta noche es ideal para hacer el juego de la copa.
Las otras de inmediato expresaron su acuerdo. Todas menos yo, que de repente había palidecido y amenace con marcharse si insistían en jugar. Mi nerviosismo era tan patente que las otras dieron por terminada la iniciativa. Sin embargo, la curiosidad había picado y Fran me preguntó por qué sentía tanto rechazo por un simple juego.
  -Por empezar, no es un simple juego- conteste, todavía nerviosa. Y luego les referí una historia que las dejó mudas de espanto.
    Hace unos dos años atrás, en la habitación de una vieja casa, yo estaba con mis amigas realizando el famoso juego, y una de mis amigas me explicó. El juego de la copa es una variante simplificada de la tabla ouija, me dijo. Sobre una mesa cualquiera se pone una copa al revés y luego los participantes apoyan el dedo índice sobre ella. Supuestamente esto crea una fuerza invisible que atrae a todo tipo de espíritus. Las cosas alrededor se mueven, las velas se apagan, la copa misma comienza a deslizarse sin control sobre la superficie de la mesa. Pensé que era una pavada y reí divertida. Pero mi sonrisa se cortó de golpe cuando, una vez comenzado el juego, vi que las luces del techo titilaban. Mire a mis amigas; eran tres en total, cuatro conmigo, y todas las otras tenían los ojos cerrados y no parecían darse cuenta lo que había ocurrido. “Me deben estar jugando una broma”, pensé. Y lance una risita, dispuesta a no dejarme intimidar. Enseguida sentí que alguien a mis espaldas me daba un empujón, y una de mis amigas, que estaba a mi derecha, con una voz que no era humana dijo: “No te burles de los muertos, Josefina”. Mire hacia atrás. No había nadie. Sentí que la piel de mis brazos se me erizaba y de golpe tuve una intuición horrible: debajo de la mesa había alguien. No me atreví a levantar el mantel para mirar. Casi podía percibir la respiración de aquel ente, que lo sentía muy cerca de mis piernas, como agazapado. Trate de despegar mis dedos de la copa y levantarme, pero no pude. Parecía que mi dedo se había pegado a la copa, que ahora se movía sobre la mesa de un lado a otro. “Chicas, dejemos esto de una buena vez”, dije con voz temblorosa, pero ninguna de mis amigas abrió los ojos. Parecían sumidas en un trance muy profundo. “Chicas”, repetí, tratando de alzar la voz, “les digo que…
Entonces lancé un grito, cuando mis amigas abrieron los ojos parecían estar hipnotizadas, parecía como si alguien ser maligno se hubiera apoderado de sus almas; Y en coro horrible y perfectamente sincronizado me dijeron: “Abriste un portal hacia otro mundo, que muy pronto se cerrará. Pero tú siempre tendrás la llave”.
Por fin pude salir de mi parálisis y salí corriendo de la casa. Cuando las volví a ver, seguían siendo las de siempre y no parecían recordar nada.
-¿Qué habrán querido decir con eso de que siempre tendrás la llave?- me pregunto Fran, que había escuchado el relato en un horrorizado silencio, al igual que las demás.
-No lo sé.- dije, pero podríamos buscar la respuesta jugando nosotras mismas.
Y la pesadilla volvió a comenzar para mí y también para las demás.
  
FINAL ORIGINAL
Entonces lance un grito. Las caras de mis amigas se habían transmutado. Ya no eran adolescentes de dieciséis o diecisiete años, sino ancianas que parecían muertas desde hacía mucho tiempo. Las ancianas abrieron sus ojos al mismo tiempo, y en un coro horrible y perfectamente sincronizado me dijeron:
     “Abriste un portal hacia otro mundo, que muy pronto se cerrará. Pero tú siempre tendrás


Autor: Mauro Croche.